A las quitas de colaboración que venían cumpliendo los médicos del hospital San Vicente de Paul, de Orán, se sumaron ayer los no profesionales.
Los reclamos que insisten con el 82% móvil y la derogación del impuesto al mínimo no imponible, se suman los particulares de políticas inclusivas de los trabajadores formados en el hospital (residentes), la aplicación y vigencia del nuevo Estatuto de los trabajadores, y el blanqueo de los ítems en negro. Hasta ayer, la quita implicó también la suspensión de las cirugías programadas. De no haber respuestas, el martes continuarán con las quitas y el miércoles se movilizarían por las calles oranenses a partir de las 10.
El detonante de las medidas de fuerza que se iniciaron con las quitas de colaboración el 14 de noviembre pasado, tiene que ver con la suspensión del pago de las guardias a 8 residentes de Orán, que venían llevando adelante estos trabajos.
Según lo explicó la dirigente de APSADES, Julia Pizola, hasta el momento y «aparentemente», los únicos que no estarían cobrando estas guardias son los residentes de Orán dado que no habría sucedido algo parecido en ningún otro lado.
Entre los puntos legales que dijo Pizola, se adujeron, se encuentra la existencia del decreto Nº 598, que tendría entre 10 y 15 años, en el cual se establece que los residentes sólo pueden hacer guardia si es que existe una autorización de Recursos Humanos. Pero ese requisito no estaría cumpliéndose (desde nunca), por lo cual se decidió no pagar las guardias. Ante ello, los residentes quitaron colaboraciones extras a su formación en el hospital por lo cual, en este caso, ya hay cinco pediatras que ayer presentaron las renuncias a las guardias. Y es que, dijo Pizola, sin la ayuda de los residentes «no dan abasto».
Legajos prestados
Pero las complicaciones no terminan aquí. Pues otra práctica irregular pero aceptada por el Ministerio de Salud (dado que ya salió la denuncia en más de un hospital), es el llamado «legajo prestado». Esto es que un médico que no está dentro del sistema público de Salud hace guardias pero a nombre de otro médico que no las hace. Es decir, se ‘prestan’ recibos. La acción, que Pizola justificó en el marco de la «solidaridad» entre los médicos incluidos y los excluidos del sistema, también implica el pago en «negro» de los profesionales, pese a las necesidades que tiene el departamento. En Orán, hay residencias de Tocoginecología, Pediatría y Medicina Familiar. Pero como sucede en otras residencias, no hay retención de los profesionales «a menos que se vayan a Salta Capital o a Tartagal», dijo Pizola. «Dicen que si quieren en Salta les gestionan el cargo en 24 horas», agregó al indicar que en Orán hubo una explosión demográfica en los últimos tiempos, la estructura de cargos sigue siendo la misma desde hace 10 años. Mientras, y al referirse a las ‘gestiones’ de cargos en Salta Capital, dijo que del 100% de profesionales «el 80% está en la ciudad» de Salta.