En diálogo con ACTA, Jorge Yabkowski, Presidente de la Federación Sindical de Profesionales de la Salud de la República Argentina (FESPROSA-CTA) y Secretario de Salud Laboral de la CTA Autónoma habló sobre el intenso año de lucha que vivió la organización que nuclea a los trabajadores de la salud de todo el país y a la victoria que logró la campaña que llevan adelante junto a otras organizaciones contra el glisfosato al conseguir que un fiscal general hiciera un dictamen contra el uso de este herbicida cancerígeno. «En la Argentina, en el año 2005 se tiraban 35 millones de litros sobre los cultivos, hoy se tiran 350 millones», detalló el dirigente.
-¿Cómo analizan este momento sindical y político tan particular?
Desde FESPROSA tenemos la firme convicción que hay un espacio vacío en el sindicalismo argentino para la autonomía, para la democracia, la no partidización y para defender auténticamente los derechos de los trabajadores que el triunvirato de la CGT y los gremios que han vendido a los trabajadores en esta etapa no han hecho.
-¿Cómo fue el año que termina para FESPROSA?
En particular, en nuestra organización cerramos el año con grandes luchas. El 28 de diciembre tuvimos una jornada de lucha en la provincia de Buenos Aires, frente a una oferta del gobierno de Vidal de 98 pesos de aumento. Tenemos una jornada de lucha, paro y movilización en Jujuy, paro por 48 horas en Catamarca. Estado de alerta y movilización contra la represión contra los compañeros en Santa Fe y Tucumán. Tenemos movilización en Chubut contra el despido de 18 compañeros que han perdido su trabajo inestable. Y en general un estado de movilización en el sector de salud en toda la Argentina producto de que realmente el Gobierno Nacional está atentando contra la salud pública levantando a la salud privada a través de esta bendita y falaz cobertura universal de salud.
En ese marco la FESPROSA levanta claramente la necesidad de la autonomía, de trabajar fuertemente por la unidad de la CTA y del movimiento obrero y en ese sentido toda sede sindical para el funcionamiento democrático, para nosotros es una alegría y a su vez un desafío para el cumplimiento de la agenda pendiente.
-¿Y en relación a la lucha contra el glisfosato?
Venimos peleando hace un año y medio que lanzamos la «Campaña Sí a la vida, no al glisfosato» en el marco del Colectivo Sanitario Andrés Carrasco, un gran investigador ya fallecido que fue el primero en demostrar, en contra de Lino Barañao y toda la banda del CONICET que lo denigraba, que el glisfosato era cancerígeno y que la principal arma herbicida de Monsanto para aumentar los cultivos transgénicos es el glisfosato.
-¿Ha aumentado la cantidad de glisfosato que se usa anualmente?
En la Argentina, en el año 2005 se tiraban 35 millones de litros sobre los cultivos, hoy se tiran 350 millones. Y tenemos el porcentaje de herbicidas tóxicos por habitante más alto del planeta. En ese marco, después que la Organización Mundial de la Salud (OMS) revelara que el glisfosato es cancerígeno lanzamos una campaña de la que también fueron parte la Red de Médicos de los Pueblos Fumigados, la Red Eco Socialista, la Red Universitaria de Ambiente y Salud y un montón de organizaciones como la Cátedra de Extensión de la Universidad de Rosario.
-¿la campaña la lanzaron todos juntos?
Junto con ellos presentamos, ante el SENASA y ante los Tribunales la necesidad de la prohibición del glisfosato y el primero de diciembre de este año el fiscal Fabián Canda de la Fiscalía General emitió un dictamen en el que pide la prohibición del glisfosato en todo el país y lo eleva a la Cámara Nacional Contenciosa Administrativa Tercera que es la que va a dirimir este dictamen. Nosotros por supuesto estamos trabajando en una campaña de difusión de este dictamen que es muy progresivo que toma todos nuestros argumentos y a partir de eso vamos a trabajar sobre las cámaras mismas para que en las audiencias se demuestre esta toxicidad ya probada del glisfosato y poner fin a esta depredación del medio ambiente, del suelo y de la salud de las personas. Estamos muy contentos difundiendo el fallo y trabajando fuertemente para que el año que viene en las audiencias logremos una victoria judicial en este punto.