Hospital de Villa Mercedes – Los médicos pidieron las renuncias de las autoridades

Violencia Institucional

Creado en 08 Marzo 2013

Esta mañana, médicos del Policlínico Regional de Villa Mercedes realizaron una fuerte protesta por la problemática laboral que padecen y exigieron las renuncias del director, Carlos De Carlini y el director administrativo Darío Ceballos. Los profesionales lograron reunirse con Alberto Lindow, jefe de Recursos Humanos, a quien le expusieron un abanico de reclamos: falta de personal, de insumos, infraestructura, seguridad y volvieron a denuncias persecuciones y “violencia laboral”.


El malestar de los profesionales y técnicos del hospital por demandas “históricas”, como bajos salarios, malas condiciones laborales, falta de nombramientos, equipamientos e insumos (ver nota: En el Hospital no se palpita el carnaval), se fue agudizando en los últimos días por medidas que tomó la Dirección en controles de horarios y ausencias que los médicos consideraron “injustas e ilegales” y que configuran un “claro acoso y “violencia laboral”.

“Acá hay una persecución muy fuerte hacia los médicos, quieren mostrar que nosotros somos los responsables de las falencias que tiene el Policlínico, cuando es el mismo gobierno que se ha encargado de desmantelar y abandonar el Hospital en en estos los últimos años”, contó uno de los médicos que ayer se había plegado a la protesta.

Los profesionales aprovecharon la presencia del jefe del Programa Recursos Humanos del Ministerio de Salud, Alberto Lindow, para realizar una ruidosa y firme manifestación en los pasillos del nosocomio. La protesta fue suficientemente numerosa y bulliciosa como para interrumpir la reunión que el funcionario mantenía con los jefes de servicio en el Aula Magna del Hospital.

Luego de casi dos horas de manifestación, Lindow los recibió y dialogó largamente con los médicos, quienes le transmitieron un sinnúmero de quejas y, principalmente, que estaban “cansados de promesas y de anuncios de cada uno de los directores que han pasado. Siempre nos han dicho que van a solucionar los problemas, que nombrarán más personal, que comprarán equipos, materiales e insumos para trabajar, pero eso nunca se cumplió. Así llevamos más de diez años”, comentaron.

La doctora Silvia Quiroga (una de las pocas que se animó a hablar con la prensa) sostuvo que, además, “en los últimos tiempos, hemos estado sufriendo muchos actos de violencia institucional por parte de nuestros superiores. Eso nos puso de muy mal humor porque estamos trabajando en condiciones muy precarias, somos pocos y, encima, sometidos a presiones de todo tipo”.

La médica contó que la situación “nos coloca en situaciones muy preocupantes porque hemos sido víctimas de la inseguridad por la falta de controles. Los pacientes se sienten molestos cuando no reciben la atención que merecen y nosotros no la podemos brindar por todas las falencias que existen. Entonces, se producen no solamente agresiones verbales y amenazas, que siempre las hubo, sino también ataques físicos”.

“La violencia institucional y laboral la sentimos con las órdenes estrictas y autoritarias que permanentemente imparten, diciéndonos lo que ellos consideran que debemos hacer bajo amenazas de castigos y advertencias de retirarnos del cargo”, añadió.

Las consignas

La manifestación fue muy llamativa. Los médicos portaron carteles y cantaban consignas que no dejaban dudas del malestar que sienten: “Que se vayan…que se vayan…”, “Se va a acabar, se va acabar la violencia laboral…”, “Ya se va, Carlini ya se va…”, “Ya se va, Ceballos ya se va…”, entre otras.

Uno de los carteles que habían colocado en la puerta del Aula Magna reflejaba la causa que encendió los ánimos del personal:

Exigimos la renuncia de los actuales directores Carlos Decarlini y Dr. Ceballos por el mal desempeño como funcionarios públicos de la provincia de San Luis, al ejercer en forma reiterada abuso de poder sobre los trabajadores a su cargo a través de amenazas, amedrentamientos, abuso laboral, insultos e intimidaciones. Imposibilitando la ejecución normal de nuestras actividades diarias, al ordenar el traslado de muchos de nuestros compañeros, lejos de su lugar habitual de trabajo, obligando a otros a realizar tareas innecesarias o sin sentidos con el único objetivo de humillarnos./p>nota-violencia
El hostigamiento, la degradación y el maltrato psicológicos se han vuelto una moneda corriente en este Hospital, pareciera que han confundido tristemente sus funciones directivas con las que han sido honrados por nuestro Gobernador, con funciones dictatoriales.

Todos los argentinos sabemos lo que significa esta palabra y todo el rechazo que ella genera, no vamos a permitir que en plena democracia, personajes siniestros como estos se escapen del pasado y pretendan confundir nuestro presente.

Nuestra dignidad como trabajadores ha sido vulnerada. Por eso decimos: basta de violar nuestros derechos laborales.

La reunión

Los médicos pudieron finalmente dialogar, en el Aula Magna, con el jefe del programa Recursos Humanos, del ministerio de Salud, Alberto Lindow, y el director del Hospital, Carlos Decarlini. Allí, expusieron un abanico de reclamos. Algunos fueron:

– El principal problema es no contar con cosas indispensables para solucionarles como corresponde los problemas a los pacientes.

– No sabe qué vergüenza es para nosotros estar en un congreso nacional y darnos cuenta que tenemos un servicio de la década del ‘70, porque no tenemos las condiciones mínimas e indispensables para trabajar. Y no es que no están pedidas, ni gestionadas.

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