Este ante-proyecto tiene la intención de garantizar el mismo nivel de vida que tenían en actividad los compañeros, vinculando el ingreso con una proporcion al mejor cargo que hayan desempeñado.
Durante la disertación Iturraspe expresó: “La prestación previsional de los trabajadores del Sistema Público de Salud que prestan servicios en la Nación, provincias, municipios y Ciudad de Buenos Aires cuyos institutos previsionales fueron transferidos, obtenida en los términos de la ley 24241, resulta notoriamente inferior al de otras actividades de personal del Estado como los docentes de las ramas primarias, secundarias, preuniversitarias, universitarios, investigadores, personal de cancillería, jueces, personal de YCF, etc., que tienen sistemas de movilidad del 82 al 85% de su remuneración total, al momento de acceder al beneficio. En el caso de los trabajadores de la Salud a los que refiere el proyecto, el porcentaje del haber previsional se ubicaría actualmente, en promedio, en alrededor del 40% de los salarios de los que se encuentran en actividad en condiciones de igual categoría y función. Consideramos que el proyecto repara la posición desventajosa y de atraso en las prestaciones y se concreta un acto de estricta justicia volviendo a los principios que tenía el régimen previsional de los estatales con la ley 22955. De esta manera se repara una situación de irritante desigualdad, de carácter discriminatorio –incompatible con los principios constitucionales consagrados en los artículos 16 y 43 de la Constitución Nacional y sus similares de los Tratados Internacionales de Derechos Humanos, entre ellos el 24 de la Convención Americana- en que se encuentran, en la actualidad, el personal dependiente del Sistema Público de Salud”.
Luego de la exposición, se dio lugar al debate y la charla fue muy participativa, permitiendo que la totalidad de los trabajadores coincidan con lo argumentado por Iturraspe y, al mismo tiempo, mostrando mucho interés por esta nueva posibilidad que se abre hacia el futuro ya que se establece una base desde donde poder reclamar legislativamente nuestros derechos.
Cerrando el encuentro Graciela dijo que “los regímenes especiales actualmente vigentes protegen distintas actividades laborales que exigen una especial dedicación del trabajador. Y en función de esto es necesario amparar las actividades que desarrollan los trabajadores en el sector público de salud, por la complejidad, la especificidad, dedicación y desgaste que éstas implican. Entre otros, podemos mencionar que los trabajadores/as de la salud: Poseen la especificidad de exponerse a una gran variedad de factores de riesgo (se pueden identificar factores pertenecientes a todos los grupos de riesgo) que resultan ser elementos constitutivos del proceso de trabajo (ni secundarios, ni accesorios); requieren de habilidades y conocimientos relacionales necesarios (no siempre disponibles) para la producción del cuidado de los enfermos con un alto componente afectivo y psíquico; encuentran que la eficacia de su trabajo se manifiesta en contextos relacionales complejos en los que intervienen un conjunto de expectativas y condicionantes que se situan fuera de su alcance o control; son depositarios de una alta atención comunitaria en relación a los resultados de su trabajo.Se desempeñan en instituciones de una alta complejidad organizacional y realizan tareas que requieren de una gran coordinación entre diferentes grupos ocupacionales y profesionales. Es decir trabajan con una demanda muy alta y bajo condiciones de trabajo que dificultan generar las respuestas adecuadas a los pacientes, con exceso de la jornada laboral, guardias prolongadas, trabajos nocturnos, etc. Desarrollan tareas en un sistema de salud con un legado neoliberal muy difícil de revertir, con precariedad laboral, bajos salarios, incumplimientos de las carreras laborales, reducción presupuestaria, deterioro de instrumentos e infraestructura hospitalaria. Por todo lo hablado, vamos por una ley que quieren todos los trabajadores y trabajadoras de la salud”.
Participaron de la mesa junto con Graciela Iturraspe, Liliana Ongaro (Presidenta del Sindicato de Profesionales y Técnicos de la Salud del Hospital Garrahan) y el compañero Jorge Yabkowski (Presidente de FESPROSA y Secretario de Salud Laboral de la CTA).