La auténtica paridad de género es una condición necesaria para la renovación del modelo sindical

La renovación de las conducciones, ejerciendo una auténtica democracia sindical, es indispensable para enfrentar con eficacia la reforma destructora de los derechos laborales y de la salud pública.

Noelia Doménez Fernández (izq.), Secretaria General electa de SISAP-Chubut
Mariana Franco (der.), Secretaria General electa de Siprosapune-Neuquén

El viernes 7 de octubre culminaron las elecciones en dos sindicatos provinciales que son mayoritarios en su actividad: el Sindicato de Profesionales de la Salud Pública de Neuquén (Siprosapune) y el Sindicato de Salud Pública (SISAP) de Chubut.

Con una alta participación, desde los rincones más remotos de la Cordillera hasta el Atlántico, los trabajadores de la salud dieron el aval a dos conducciones que defienden los derechos de sus representados al salario digno y a la negociación colectiva. No solo en las mesas de negociación, sino también en las calles. No es una casualidad que estos sindicatos estén, desde el viernes, dirigidos por dos mujeres.

Mariana Franco, bioquímica del Hospital Castro Rendón, con más de 20 años de trabajo full-time en la salud pública, encabezará el sindicato de los profesionales neuquinos. En tanto, Noelia Doménez Fernández, trabajadora del Ministerio de Salud provincial, hará lo propio en el Sindicato de Salud Pública de Chubut.

En pocos días más, la Federación Sindical de Profesionales de la Salud (FESPROSA), que agrupa trabajadores y profesionales de todo el país, elegirá una conducción encabezada por cinco mujeres del interior. Es muy frecuente que en sindicatos con mayoría de mujeres, sean hombres los que ocupen los puestos de conducción más relevantes. 

La FESPROSA y sus gremios de base demuestran que romper el techo de cristal es posible, es necesario y se logra con un intenso trabajo de formación y una gran voluntad política. En estos momentos difíciles, donde el gobierno busca cercenar las conquistas de todos los trabajadores en general y de la salud pública en particular, la renovación de las conducciones, ejerciendo una auténtica democracia sindical, es indispensable para enfrentar con eficacia la reforma destructora de los derechos laborales y de la salud pública.

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