¿Qué mensaje se busca dar al gobierno este 19 de diciembre?
El 19 de diciembre se cumplen 11 años del comienzo de la rebelión popular que terminó con la infame década neoliberal de Menem continuada por la Alianza. Transcurrida más de una década, es el momento de decir que el recambio neo desarrollista de Duhalde continuado por Kirchner está también agotado y se necesita una nueva visión política y social que lo supere.
-¿Cuáles son los puntos, además de los gremiales, que incluyen a todo el pueblo? Pienso en el tema de la soberanía de los recursos naturales, el derecho a la vivienda digna, el respeto por las comunidades originarias
Es necesario construir una alternativa a este modelo basado en el monocultivo sojero, la megaminería y la urbanización caótica. Esta tríada en la que se asienta el capitalismo latinoamericano contemporáneo da sustento tanto a los gobiernos neoliberales como a los llamados progresistas. En esta división internacional del trabajo, gobiernos de derecha y gobiernos progresistas han aceptado su rol de proveedor de soja y minerales, en particular a China, de donde ha llegado el 40% de los dólares a Sudamérica en la última década.
El monocultivo y la megaminería (y ahora la extracción de gas por fractura hidráulica) son actividades tecnológicamente intensivas. Eso explica el crecimiento de la población urbana que hoy conforma el 91% de la población total del país. Las políticas demográficas y urbanísticas inexistentes han agravado las consecuencias de la llamada urbanización caótica: déficit de vivienda, transporte, agua potable, cloacas, servicios de salud y educación públicas.
-Además de las organizaciones que integran la CTA y la CGT, ¿por qué se ha ampliado la convocatoria a la ciudadanía en general?
Las resistencias al modelo no paran de crecer: el movimiento contra la megaminería contaminante y contra la soja transgénica y los agrotóxicos se empalman con los reclamos por transporte digno, por vivienda salud y educación.
La crisis del modelo K impacta no sólo en la masa trabajadora, sino también en amplios sectores medios urbanos y rurales. Pensamos que los trabajadores solos no podrán construir la fuerza social necesaria para un cambio progresista. Es eso lo que determina la política de unidad de acción de la CTA, política que se articula con la construcción de amplias alianzas ciudadanas donde confluyan los actores del 8N y el 20N.
El enfrentamiento de los sectores medios y la clase trabajdora fue el caldo de cultivo de la Libertadora y del golpe de Onganía. Hoy estamos aprendiendo que la fractura de los sectores populares sólo beneficia a las derechas y al capital concentrado.
-¿Por qué han elegido esta fecha?
El 19 nos habla desde la historia de que esa unidad de acción en la calle es posible y necesaria.
-En relación específicamente a la salud, ¿qué es lo que se está pidiendo, más allá de las reivindicaciones por salarios y condiciones de trabajo dignas?
Unas palabras sobre salud: es en este campo donde el neodesarrollismo kirchnerista mostró su hilacha sin matices ni disfraces. Después de diez años de crecimiento ininterrumpido la mortalidad materna, la infantil y la de accidentes de trabajo siguen siendo escandalosamente altas.
Asi como la diversificación agro industrial debe superar al extractivismo, las políticas públicas universales deben ser su correlato en política social. Terminar con el asistencialismo paternalista, con las políticas focales para dar paso a la construcción de un sistema de salud universal basado en el derecho de ciudadanía, independizado de la condición laboral o la capacidad adquisitiva.
En los riesgos laborales, la alianza del gobierno, el PRO, la UIA y la Asociación de Bancos impuso la continuidad empeorada de las ART menemistas. En la movilización del 19, entre los 32 puntos de la CTA, levantaremos también el de nuestra ley de riesgos del trabajo, basada en la prevención que termine con el lucro de las ART.
