Se cumple hoy un año de una tragedia que no por previsible deja de provocarnos indignación y dolor.Cuando hace más de una decada la asamblea no a la mina rechazó la instalación de la megaminería en Esquel el derrame con cianuro fue su su prinicipal rama para dialogar con la población.Fueron visionarios.Seguramente hay sustancias mas toxicas y mortales que el cianuro.Pero quizas ninguna evoca desde la antigüedad una particular forma de asesinar que tenían los poderosos.Los reyes y emperadores que ayer cianuraban sus enemigos son hoy figuritas decorativas ,casi risueñas comaparadas con el poder corporativo de los gerentes de Toronto.Con traje y corbata discretos en sus oficinas frente al lago Ontario los reyes modernos de la megaminería no vacilan en organizar matanzas como la de Tanzania,comprar jefes de estado y gobernadores como los nuestros y hasta contratar publicistas que les laven la cara y los disfracen de empresarios respetuosos de la ecología.El derrame del 13 de septiembre de 2015 mostró,una vez mas,su verdadero rostro asesino.Y también la complicidad de la mayoria de nuestra clase politica,la del anterior gobierno que vetó la ley de galciares y la de del actual que los eximió de la retenciones,Miren si no a los tres gobernadores del Frente para la Victoria este año en Toronto,con el actual secretario de minería de Cambiemos ,pidiendo mas veneno,mas destrucción de nuestra cordillera,mas de lo mismo.
